La presa de Tucuruí es una presa hidroeléctrica en el río Tocantins ubicada en el condado de Tucuruí en Brasil. Su nombre en portugués es Usina Hidrelétrica de Tucuruí("Empresa Hidroeléctrica de Tucurí"). El nombre "Tucuruí" proviene de la pequeña ciudad que existía cerca del lugar de la construcción; hay ahora una ciudad con el mismo nombre justo corriente abajo de la presa. La capacidad de generación instalada en la planta es de 8.370 MW, con 24 unidades generadoras, lo que significa la mayor central hidroeléctrica por potencia de origen únicamente brasileño. Tiene 11 kilómetros de largo y alcanza una altura de 78 metros. Se encuentra a 400 km de Belém, en el estado de Pará, municipio de Tucurí. Fue construida para la generación de energía eléctrica y para posibilitar la navegación de un tramo del río Tocantins mediante la creación de una esclusa. La presa aparece en la película del año 1985 titulada La selva esmeralda.
Construcción
Las obras de construcción se iniciaron en 1976. La obra principal, siendo una represa de tierra, quebró todos los récords mundiales de terraplenaje. Se pueden destacar las obras de la casa de fuerza, del vertedero(el mayor del mundo), de la esclusa y de la gran línea de transmisión que une Tucurí a la central hidroeléctrica de Sobradinho en el Nordeste del Brasil, vía Buena Esperanza.
Finalizada la primera etapa de la construcción de la hidroeléctrica, con 4.000 mw en 1984, el cierre gradual de las villas temporales propiciaron una mejoría en la infraestrutura urbana de la ciudad de Tucuruí.
Se inauguró el 22 de noviembre de 1984 por el presidente Juán Batista de Oliveira Figueiredo. Con los ingresos de la producción de energía eléctrica y del área inundada por la represa, el municipio sólo obtiene menos recaudación que la capital del Estado. Gracias a ello el urbanismo de la ciudad, a partir de los años noventa, cambió radicalmente, pasando a disponer de una bellísima urbanización y a gozar de una buena infraestrutura gubernamental.
La construcción de la segunda etapa de la central elevó la capacidad final instalada para cerca de 8.000 MW, en mediados de 2010.
Es importante resaltar que la construcción de la represa interrumpió el curso de la Hidrovia Araguaia-Tocantins, un trecho vital para asegurar la producción del Centro-Oeste de Brasil. El desnivel debía ser superado gracias a las Esclusas de Tucuruí, pero su construcción, iniciada en 1981, aún está inacabada por falta de recursos. Se acredita que con la inclusión de la obra en el PAC (Programa de Aceleração de Crecimiento) su terminará en 2010, creando una alternativa para el transporte de productos hasta el puerto de Villa del Conde.
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